Contingencias sanitarias y elecciones

José Lumbreras García

Artículo publicado el 24 de marzo de 2020 en la página 8 de El Sol de Tlaxcala

En la norma jurídica se deben prever, básicamente, las situaciones ordinarias, puesto que las que puedan darse fuera de lo normal son, regularmente, imprevisibles y por tanto se podría llegar al punto de disponer sobre temas que no ocurrirán.

De esta forma en la legislación electoral se previene, como debe ser, los escenarios que pueden ser previsibles y sobre todo las que posiblemente sucederán en la actividad comicial venidera; esto, pues como sabemos, cada proceso electoral deja lecciones que se han ido recogiendo en la norma, para prevenir cuestiones ya acontecidas o que pueden darse con alguna modalidad respecto de lo que ya ocurrió o que pueden ser consecuencia de ello.

Expuesto lo anterior, ha de considerarse que no hay duda de que la actividad electoral es primordial en la vida y en el desarrollo de la sociedad, pues la misma es una de las más relevantes formas de expresión de la voluntad popular.

En nuestro marco jurídico no se previene la suspensión de los procesos electorales, ni de las demás actividades de este orden, puesto que, hasta ahora, no era normal que surgieran circunstancias que pudieran tener como consecuencia la necesidad de suspender alguna de las actividades electorales.

Pero, como lo estamos viendo y viviendo, nada es seguro en el curso de las circunstancias actuales y siempre pueden surgir situaciones que sean más relevantes que la continuidad de alguna de las actividades normales de la comunidad, como aquellas en que va en riesgo la salud e incluso la vida de los integrantes de la misma.

Como sabemos, en el año en curso, nuestro estado no tendrá proceso electoral ordinario ni extraordinario y, en su caso, solo habrá elecciones en comunidades que eligen a sus autoridades por el sistema de usos y costumbres.

Pero hay entidades federativas en que sí se tendrán elecciones de diferentes autoridades; como es el caso de los hermanos estados de Coahuila e Hidalgo, en que se estarán eligiendo diputaciones y ayuntamientos, respectivamente. En tales estados aún se discute si el proceso electoral se tendría que suspender o posponer, o bien, si se debieran modificar las etapas de los correspondientes procesos electorales, o si esto no es necesario, dada la trascendencia de la actividad electoral.

En Hidalgo se analiza ya el poder posponer el proceso electoral en caso de que se complique la emergencia sanitaria, lo cual apremia, porque tal determinación se tendría que adoptar antes del registro de planillas, que está programado del 3 al 8 de abril, dado que, en su caso se tendría que disponer acciones sobre la cercanía de los candidatos con los ciudadanos en las campañas electorales ante la contingencia sanitaria, aunado a que tanto autoridades como partidos políticos y candidatos deben ser responsables para que la pandemia no se extienda.

En Coahuila, al momento, el proceso electoral sigue en curso y ante la contingencia se decidió suspender solo las acciones públicas no prioritarias, como el perifoneo en calles, la promoción del voto en lugares concurridos, la participación en ferias, exhibiciones y talleres que impliquen concentración masiva de gente; pero los trabajos relativos, a saber, continúan y, a decir de las autoridades electorales, seguirán de manera normal.

En España, la Junta Electoral de Galicia, donde habría elecciones el 5 de abril, dictaminó que el proceso electoral debe repetirse de forma íntegra, considerando que el mismo no podría retomase, tras la crisis sanitaria, en el punto donde se dejó, puesto que cambiarán diversas condiciones posteriormente a esto.

Como es de verse, hay diferentes formas de atender una emergencia que, evidentemente, supera en importancia a la actividad electoral, lo cual no se encuentra debidamente normado. Por esto, es preciso que en nuestro orden jurídico se entienda y prevenga la realidad actual en que es tal la vulnerabilidad social, que algo que hace pocos meses surge al otro lado del mundo nos impacta en la forma que todos sabemos.

A propósito de ello, entendamos y atendamos con responsabilidad las recomendaciones de las autoridades sanitarias y colaboremos como nos corresponda, en beneficio de todos.