Nueva realidad en la jurisdicción

José Lumbreras García

Artículo publicado en la página 8 de El Sol de Tlaxcala el día 05 de mayo de 2020

La actual situación, dentro de todo lo complicada que por sí misma es, debe traer enseñanza a todos. De hecho, no es exagerado decir que el mundo deberá aprender a vivir de manera diferente a partir de estos días y hacia el futuro, así, en forma llana. Tampoco será excesivo pensar que no regresaremos a la normalidad que conocíamos antes de que la pandemia llegara poco a poco a casi todos los rincones del orbe, de nuestro país y de nuestra entidad.

Aunque todos formamos parte de la sociedad, tenemos realidades distintas; por ello, la circunstancia actual nos sitúa en puntos de vista diferentes respecto del mismo fenómeno; pero de una o de otra forma todos tenemos cambios en nuestra vida cotidiana, en nuestros entornos familiar, social, laboral, económico e incluso espiritual; simplemente, por no generalizar, hay que decir que pocos podrían decir que no han sido afectados por ello.

Así pues, a partir de esto, y valorando lo que es verdaderamente necesario, es conveniente reflexionar sobre lo que realmente necesitamos para cada una de nuestras actividades, en nuestros diferentes ámbitos tanto personales como sociales e institucionales.

Mucho de lo que representaba nuestra conducta, lo hacíamos simplemente porque se podía hacer, sin que fuera de verdad necesario, como seguramente hemos encontrado que lo son muchas o por lo menos algunas de las cosas y circunstancias que hoy nos ocupan.

Pero con todo ello, es preciso considerar que al mutar el estado de las cosas tal y como las concebíamos, será necesario ajustarse a la nueva realidad y estar, como nunca, dispuestos al cambio, lo que tal vez será un poco a la manera en que nos desenvolvemos en estos complejos días.

A esto, desde luego, no escaparán las instituciones del estado y es deber de quienes integran las mismas diseñar la forma en que se continuará con sus actividades en el futuro cercano y en lo sucesivo.

Dentro de las funciones del poder público, como sabemos está la jurisdiccional y esta también habrá de sujetarse a cambios seguramente sustanciales, porque esa actividad que en lo apremiante que es nuestra actual circunstancia pudiera no considerarse esencial como para continuarla en estos días, seguramente pronto sí lo será, y tal vez más que antes, pero con nuevas condiciones que incluso ahora no imaginamos.

Habrá que estar listos para ello e ir pensando en las nuevas formas de desahogarla, seguramente en formas que atiendan a lo primordial y dejen de lado muchas banalidades que se habían ya entendido como primordiales. Dentro de ello, habrá que rediseñar, mejor que sea con sustento legal, el desahogo de las actividades jurisdiccionales en forma menos presencial, en que, pese a ello, con apoyo en la tecnología, con menos movilidad pero con más confianza, se pueda efectuar una eficaz resolución de las controversias.

Indudablemente mucho se estará planteando al respecto en los días siguientes, y algo de ello se recogerá para hacerlo realidad y aplicarlo en pro de la jurisdicción. La aportación de todos será fundamental.