Día Internacional de la Juventud

Miguel Nava Xochitiotzi *

El Sol de Tlaxcala, Pagina 8, martes 06 de Agosto de 2019

En el marco del festejo del “Día Internacional de la Juventud” hago referencia al sector representado por los jóvenes y su intervención en la vida democrática de nuestro país. Para abordar el tema que nos ocupa, es necesario citar que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1985 como el año Internacional de la Juventud, invitando a la sociedad a realizar actividades para celebrar el evento, convirtiéndose así en una referencia histórica a nivel mundial.

Posteriormente, siguiendo las recomendaciones y conclusiones que resultaron de la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud, que se realizó en Lisboa en el año 1998, se declaró el 12 de agosto como el “Día Internacional de la Juventud”, por lo que desde esa fecha se instituyó en la mayoría de las ciudades del mundo, que los ayuntamientos y organismos oficiales realizaran diversos actos y eventos con motivo de este día, como fiestas, conciertos, charlas y talleres, con el objetivo de posicionar a los jóvenes en un rol importante dentro de la sociedad y así lograr su inclusión.

Ahora bien, en México, con el propósito de reconocer a las y los jóvenes como actores estratégicos para el desarrollo de nuestro país, se realizan acciones tendientes a lograr este objetivo, motivo por el cual en 2010 se emitió el decreto por el que se declara el 12 de agosto como “Día Nacional de la Juventud”.

Es importante resaltar, que conforme a lo que establece el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los miembros de este sector adquieren la mayoría de edad al cumplir los 18 años, obteniendo la calidad de ciudadanos de la República, que implica la oportunidad de participar ampliamente en la vida pública de nuestro país.

Actualmente, de los 89 millones de mexicanos habilitados para votar, tan solo 44.5 millones de votantes son menores de 35 años y 12 millones son de la llamada generación millennial, quienes acudieron por primera vez a votar; lo anterior según los datos obtenidos en el último censo de población realizado en el año 2015 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por lo que se determina que la población joven predomina sobre otros sectores de la sociedad.

Por otro lado, del estudio de participación electoral que se realizó a las elecciones federales llevadas a cabo en 2018, se advierte que el índice de votación que se registró en este sector fue alto, presentándose así un fenómeno social, pues los jóvenes de 18 años que recién se integraban al padrón nominal mostraron mayor interés cívico; sin embargo, en las personas con edad de 19 años en adelante, esta participación se redujo y es hasta la etapa madura de los 29 años que se experimenta una aportación electoral de mayor intensidad.

De tal manera que, surge aquí la razón principal para seguir fomentando la difusión de la participación de este sector en la vida política y democrática de la sociedad, a través de políticas públicas que fomenten aspectos como la participación social, que implicaría fomentar en este sector el sentido de pertenencia a su comunidad; la participación comunitaria, con la finalidad de generar el interés de los jóvenes en las acciones colectivas que tienen como fin el desarrollo de la comunidad a la que pertenecen; la participación política, para fomentar el interés de los jóvenes en las organizaciones formales y mecanismos del sistema político; y la participación ciudadana, con el objeto de lograr que se involucre este sector de manera directa en acciones públicas.

Aspectos que garantizan el acceso a un estado democrático, por lo que es importante seguir realizando acciones que incentiven la participación de este sector joven en el desarrollo de la sociedad, destacando la importancia que tienen las y los jóvenes en la participación política, reconociendo a la juventud en su sentido más amplio, atendiendo y entendiendo su pluralidad y sus intereses.

Sin duda alguna, es evidente que la juventud ejerce su derecho a participar e incidir sobre su entorno, por lo que es prioritario continuar fomentando su participación, toda vez que nuestra sociedad se encuentra en cambio constante.