La diversidad cultural como derecho humano

Luis Manuel Muñoz Cuahutle

El Sol de Tlaxcala, Pagina 8, martes 21 de Mayo de 2019

La diversidad cultural en todas sus expresiones, sean éstas étnicas, lingüísticas, religiosas, de preferencias sexuales y musicales, entre otras, son un patrimonio inalienable de la humanidad. Su preservación, su difusión, su respeto y su integración al mosaico internacional de las sociedades es responsabilidad de todos los pueblos del mundo como elemento fundamental para el respeto a los derechos humanos, la paz y el desarrollo de las personas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en 2001 la Declaración Universal propuesta por su organismo especializado para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que es la UNESCO, mediante la que declaró al 21 de mayo de cada año como el *“Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo”.*

La diversidad cultural ha enfrentado en las últimas décadas un reto de supervivencia derivado de las políticas globalizadoras, las cuales pretenden una mayor homogenización de las sociedades, ya que ven en dicha diversidad una amenaza para sus fines expansionistas, por lo que no admiten costumbres locales que arraigan hábitos vinculados con la defensa de lo regional. Esa intolerancia a lo diverso se convierte en causa de conflictos que van desde el ámbito de lo regional, hasta el de lo internacional, ya que el deseo de algunos por imponer a otros su visión del mundo, choca con la resistencia de estos por preservar su derecho a interpretar la realidad a su manera.

Lo anterior abre el debate sobre cuál de las dos posturas favorece la paz y el respeto entre las personas, así como alcanzar un desarrollo más justo para todos; sin embargo, contrario a lo que las maquinarias propagandísticas globales sugieren, sobre de que las fronteras y barreras políticas y culturales provocan conflictos, éstas son base para la convivencia armónica entre los pueblos, ya que del respeto hacia el diferente nace la posibilidad que él nos respete a nosotros y con ello podamos cooperar para progresar juntos, pues el progreso de la humanidad ha estado más vinculado al intercambio cultural que a la supresión de uno por parte del otro, las visiones unificadoras por lo general llevan al exterminio de la riqueza del conocimiento acumulado por muchas generaciones, y a la formación de estados excluyentes, marginadores y represores de sus opuestos.

Celebrar la diversidad cultural debe ser una vocación de todos, y para ello se deben utilizar los avances tecnológicos en materia de comunicación para difundir esa riqueza, y con base en ello, promover el respeto entre las las personas sin importar mas nada que su condición de ser humano. Creo, debemos cambiar la errónea visión sobre de que las nuevas tecnologías y la tradición cultural son antagonistas, ya que, por el contrario, pueden ser aliadas para el logro de un desarrollo más equilibrado de los pueblos.

Nuestra reflexión en esta fecha se encamina a invitar a todos a unirse a la defensa de la diversidad cultural, en sus diversas expresiones, recordando que todas las personas de alguna manera pertenecemos a alguna de ellas. Si la deseamos preservar, qué mejor forma de hacerlo que respetando a la de los demás.

Trabajar para erradicar la polarización cultural y los estereotipos derivados de ésta, es un trabajo de todos los días que, en el mediano plazo, espero, nos permita consolidar una mejor sociedad, más incluyente, más tolerante, en general mas justa. Sin duda, lograrlo será nuestro mejor aporte para lograr de nuestro México, un auténtico régimen democrático.