José Lumbreras García*
Lenguaje ciudadano
El Sol de Tlaxcala, Página 10, martes 27 de febrero de 2018
Primeramente agradecer la apertura del Diario de los Tlaxcaltecas para con el Tribunal Electoral de Tlaxcala al brindarnos este espacio, a través del cual difundiremos, además de los aspectos relevantes del actuar de nuestra institución, algunos de los temas que consideramos que puedan ser útiles a la comunidad tlaxcalteca, a fin de fomentar su familiarización con los temas jurídicos, especialmente los electorales; lo que esperamos tenga el efecto de que cada vez más se valore la importancia de la función jurisdiccional y de su impacto en la vida social y política de nuestro estado.
Es deber de las instituciones públicas buscar la cercanía con la sociedad, que es el motivo de su existencia y la destinataria de su actuar; y un aspecto fundamental en este rubro es que estas entidades gubernamentales tengan los mejores canales de comunicación para con la misma, y no me refiero precisamente a que en su haber se tenga el manejo de los instrumentos de difusión que les permitan estar en el ideario de la colectividad, como lo es estar presentes en los medios masivos de comunicación o en las redes sociales, lo cual, si bien en la actualidad es preciso y hasta indispensable, tampoco sirve de mucho si lo que se comunica a través de los mismos resulta inentendible, incluso para los avezados de la materia correspondiente.
Por ello, es que en este espacio, como lo es en el actuar cotidiano de nuestra función, se utilizará un lenguaje ciudadano que permita, de manera efectiva, comunicar al amable lector la opinión sobre las diversas cuestiones jurídicas y, en su caso, respecto de parte del actuar del Tribunal Electoral de Tlaxcala y este es, precisamente el tema de la presente entrega.
Como se menciona previamente, la actuación de los servidores públicos, aun fungiendo como autoridades, tiene como finalidad atender, regular o decidir sobre algún aspecto de la actividad social, por lo que dirigirse a la ciudadanía en una forma clara, no solo es algo útil, sino necesario para que tal función sea comprendida y valorada.
Y precisamente, la actividad jurisdiccional ha resultado, sensiblemente, ser una de las funciones públicas que menos ha atendido a este cometido, pues, entre otras causas, con el reiterado ejercicio de las actuaciones judiciales e incluso con la cada vez mayor profesionalización y conocimiento de las diversas materias, se ha ido perdiendo la noción de que la misma debe ser una actividad de comunicación de las resoluciones de las autoridades que atienden y dirimen las diversas controversias que requieren su intervención.
En efecto, no solo las sentencias, sino todas las actuaciones jurisdiccionales, además de útiles dada su naturaleza, deben ser un ejercicio de comunicación clara y concreta, para que la ciudadanía, a la que van dirigidas, pueda tener la información que le resulte necesaria para la efectiva comprensión de lo resuelto.
El que la autoridad jurisdiccional tenga una comunicación de este tipo, entre otras cosas, facilitará que los destinatarios de su actuar puedan tanto ejercer sus derechos como cumplir mejor con las obligaciones que le resulten, promoverá la confianza de la ciudadanía para con ella, así como la transparencia de la función y generará una mayor aproximación a su actuación.
Pero tal tópico no solo resulta benéfico para la ciudadanía, sino que al interior de las instituciones, también entre otros aspectos, simplifica y agiliza sus operaciones y al reducirse el margen de errores de comprensión, aligera sus trabajos y disminuye las necesidades de aclaraciones tanto de la ciudadanía como de otras autoridades.
Por ello, en el Tribunal Electoral de Tlaxcala, tenemos la convicción del uso de este tipo de lenguaje, lo que se espera sea observable en la actividad electoral del presente año, traiga los beneficios antes anotados en la función jurisdiccional de nuestra institución y, de paso, se refleje en las aportaciones de su servidor a esta columna.
* Magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala